Nueva Pintura del Perú, es una constatación más de la vigencia del lenguaje pictórico en nuestro medio. Las 30 pinturas que forman esta muestra se presentan en el Latino Art Museum de California, museo que dirige la artista Graciela Nardi. El hecho de que el LAM esté dirigido por una artista, me lleva a reflexionar brevemente en torno a instituciones como centros culturales, galerías, museos, espacios para el arte finalmente, manejados por artistas. Es una tendencia que prolifera en diversos países y que ojalá en nuestro medio comience a despegar, en especial para romper el estribillo aquel de que los artistas no podemos, no sabemos, cómo manejarnos y que necesitamos sí o sí personajes extra artísticos pero que finalmente obtienen más poder del que deberían sobre el hacedor. Pienso que esto puede cambiar siempre y cuando el artista tome más consciencia de su trabajo fuera del taller.
Por ello, en esta exposición, entre otros, figuran artistas como Nilton Vela Dámaso y Wendy Castro quienes además de desarrollar su labor creativa también ejercen una interesante labor de gestión en sus respectivas regiones. O pintores como Juan Carlos Zeballos, que con su propio esfuerzo ha logrado sacar adelante exposiciones en varios espacios del exterior. Por otro lado, uno de los objetivos de esta exposición es, dentro de lo posible, permitir la exhibición conjunta de artistas jóvenes, con una trayectoria signada por reconocimientos y exhibiciones como es el caso de José Ignacio Iturburu, Premio Nacional de Pintura (2007) junto a artistas recién egresados y de intenciones claras, con una o dos individuales en ciernes, como Melissa Matías o Cecilia Carrión.
Es importante señalar que en esta exposición se han incluido artistas de las cuatro escuelas de Arte de Lima, así como independientes. A esta intención se suma la de representar la diversidad de propuestas de un mismo lenguaje como es la Pintura en el marco generacional al que todos los participantes pertenecemos. Así, podemos encontrar tendencias de marcada abstracción como los trabajos de Gino Sessarego, un buen pintor figurativo también; y, la sobriedad del óleo de Domingo Yépez. El expresionismo en su vertiente figurativa o tendiendo a la abstracción está representando en las obras de artistas como Juan Luis San Miguel, Juan Carlos Zeballos, José Carlos Tassara, o Javier Arriola, Natalia Bacal, Lissette Cruzalegui, Wendy Villaverde y Paul Cabala. También nuevas formas de acercarnos al paisaje, como en “El mundo de Gonzalo” de Nilton Vela Dámaso o como en el caso de Iturburu y su “Mapa de Lima” en el que reinterpreta el trazado del centro de la capital, o el “Paisaje Yankee” de Miguel Cabeza, además de la propuesta de Augusto Ibañez construyendo imágenes a partir de objetos reciclados. Lizandro Vargas, por su parte, plantea un acercamiento más tradicional a su natal Amazonas, mientras Leylis Miraval evoca también a la naturaleza desde una perspectiva surrealista. Paola Rossi, con una pintura de excelente factura, se enfoca en el detalle de unas flores bajo la apariencia de la luz artificial. En cuanto al retrato, Franco Domenak presenta “Marrón” que nos muestra un ejemplar de perro peruano. Mauricio Delgado y Wendy castro aportan la cuota de denuncia. Su Wand utiliza de pretexto un producto local para el ejercicio y reflexión de la pintura. Julio Gómez y Akira Chinen, en sus respectivos y característicos estilos, comparten retratos en primer plano de sus personajes. En “Acecho” Natalya Lizárraga, con un estilo propio y definido, muestra a un grupo de liebres emergiendo entre rocas y niebla. Elizabeth López en “Cariñosa cota” plantea un sugerente homenaje a su mascota predilecta. En esta línea de velado erotismo podemos mencionar el trabajo de Eduardo Deza y el simbolismo de “Una oración al azar” de Judith Vergara, quien apelando siempre al autorretrato asolapado posee ya un estilo reconocible...
IVÁN FERNÁNDEZ-DÁVILA
Lima, abril 2012